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Authors: Mats Strandberg,Sara B. Elfgren

Tags: #Intriga, #Infantil y juvenil

El círculo (59 page)

BOOK: El círculo
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Minoo no sabe qué decir. Recuerda todo lo que ha pensado de Linnéa desde entonces, y en todo lo que ha pensado estando con Linnéa. Y luego, empieza a pensar que está pensando en todo eso y que puede que Linnéa le esté leyendo el pensamiento ahora mismo.

—¿Por qué no nos lo dijiste? —pregunta Minoo.

—¿Y tú me lo preguntas? Me callé porque sabía que todas reaccionarían como tú acabas de reaccionar ahora. No tengo que leerte el pensamiento para saber que te aterra pensar qué pensamientos te habré leído.

Linnéa parece al borde del llanto.

—No tienes ni idea de cómo era al principio —continúa—. A veces era como si todas las personas con las que me cruzaba me gritaran directamente en la cabeza al mismo tiempo. Por eso escribí en el diario que me dabas dolor de cabeza. Porque piensas
tanto.
.. Pero la peor era Anna-Karin. Sus planes de controlar a los demás eran como el grito de un primate en el oído.

Linnéa la mira suplicante.

—Pero ahora he aprendido a controlarlo. Casi siempre. Solo a veces oigo cosas sin querer. Pero cada vez lo hago mejor.

—Pero tú fuiste la que más duramente trató a la directora por no decirnos la verdad. Cuando tú misma…

—¡Eso es, precisamente! —la interrumpe Linnéa—. Trataba de deciros que la directora sabía mucho menos de lo que daba a entender.

—Pero ¡podíamos haber utilizado tu poder todo ese tiempo! ¡Quizá habríamos podido encontrar a Max mucho antes!

—Lo intenté —confiesa Linnéa—. Intenté leer los pensamientos de todos los sospechosos. Se los leí a Gustaf, y cada vez que pensaba en Rebecka, se sentía tan culpable… Creía de verdad que había sido él. A Max ni se me ocurrió comprobarlo, porque apenas sabía quién era hasta que tú nos hablaste de él.

—¿Lo sabe alguien más?

—Sí, la directora.

Minoo ya no puede sorprenderse de nada.

—¿Y cómo lo sabe?

—Le leí el pensamiento cuando nos enseñó las cicatrices. Pensaba en el hombre al que quería y en lo que hizo con él el Consejo. Me quedé sobrecogida. Y ella se percató de mi reacción. Entonces lo comprendió. O quizá lo supiera de antes. Leer el pensamiento es un poder típico de las brujas de agua. O, al menos, eso es lo que dice el
Libro.

Minoo guarda silencio un buen rato. Debería estar enfadada con Linnéa. Iracunda. Pero Linnéa tiene razón. Ella también guarda un gran secreto. Un secreto que aún no sabe si está lista para compartir con las demás.

Pero tendré que hacerlo algún día, se dice. Linnéa tiene razón.

—¿Me odias? —pregunta Linnéa.

—No. Pero tienes que contárselo a las demás.

Linnéa asiente y deja escapar un largo suspiro.

—Yo no pienso decir nada —continúa Minoo—. Pero no puedes esperar más de la cuenta.

—Tú tampoco —dice Linnéa y, en ese momento, ve algo.

Se levanta muy despacio. Minoo se da la vuelta.

Vanessa aparece caminando hacia ellas con el vestido rosa entallado. Se le hunde uno de los tacones en el césped y se tambalea. Suelta una retahíla de tacos que llegan hasta donde están las dos amigas.

Linnéa le tira a Minoo del brazo y señala. Ahí viene Anna-Karin, caminando con las manos en los bolsillos y el largo cabello agitándose delante de la cara.

Minoo nota que las lágrimas le queman los ojos.

Mira a su alrededor por el cementerio y, efectivamente. Por el otro lado viene Ida. Empuja la bicicleta por entre las tumbas.

Minoo siente enseguida una serenidad total.

Todas se reúnen en torno a las tumbas de Elías y de Rebecka. Se miran, pero ninguna dice una palabra. Nadie tiene que explicar su presencia allí.

Ellas son el Círculo. Han luchado juntas para salvar sus vidas. Y volverán a hacerlo otra vez.

Linnéa coge el ramo y lo divide en dos. Coloca uno sobre la tumba de Elías. Y el otro, en la de Rebecka.

Minoo piensa en las almas de Rebecka y de Elías. En lo vivas que las sintió en el instante en que las dejó en libertad.

—¿Creéis que están aquí ahora? —pregunta Anna-Karin.

Minoo niega con un gesto. No sabe explicar el porqué pero, de repente, tiene una certeza absoluta.

—No —dice—. Están donde tienen que estar.

Le coge la mano a Linnéa y añade:

—Igual que nosotras.

Símbolos

Agradecimientos

Gracias a Marie Augustsson, nuestra editora, que ha sido fantástica, que sintió la magia desde el principio y jamás dudó de nosotros; o, al menos, supo ocultarlo muy bien. Gracias a Sofia Hahr, nuestra redactora, que miró con ojos nuevos lo que nosotros ya no éramos capaces de ver. Animadoras con pompones, globos y tarta para Eva Ehrnström, Karin Rowland y todo ese equipo extraordinario de Rabén Sjögren/Norstedts, la agencia de
Millenium
que le ha facilitado a nuestra criatura las mejores condiciones posibles para salir al mundo entero.

Gracias a Lena, Maria, Lotta y Peter, de Grand Agency. Nos habéis guiado y nos habéis hecho sentir siempre como Elegidos.

Gracias a Kim W. Andersson, que consiguió convertir lo difuso de nuestras sugerencias en tres ilustraciones de portada mucho más bonitas de lo que jamás hubiésemos podido imaginar.

Gracias a Pär Åhlander, que logró encontrar una forma que resumía todo lo que queríamos transmitir y que no se rindió hasta alcanzar la perfección.

Gracias a Catharina Wrååk, que leyó el primer capítulo en un estadio inicial y nos dio unos consejos excelentes, que nos ahorraron bastante trabajo innecesario.

Gracias a Tommy y a Stefan Runarsson, que nos enseñaron cómo era el día a día de Anna-Karin en la granja, y a Anna Bonnier, que nos ayudó a llenar las lagunas en el pasado de Linnéa. Gracias también a Maria Sadeghzadeh y a su familia, a Elisabeth Östnäs y a Camille Tuutti.

Mats quiere dar las gracias a Margareta, que nos dejó montar en su preciosa casa un campamento de escritura para dos, y por haber tenido una hija tan magnífica, naturalmente. Sara quiere dar las gracias a su madre por leerle, apoyarla, animarla y por estar siempre dispuesta a hablar de libros, de escritura y de la vida en general. ¡Gracias por todos los relatos!

Sara quiere dar las gracias a Margit y a Micko Strandberg por la cálida acogida durante nuestro viaje de investigación a Bergslagen y por tener un hijo tan inteligente y tan guapo, naturalmente. Mats quiere darles las gracias porque siempre puede ir a casa, encerrarse en su antigua habitación de niño y bajar a la primera planta solo cuando la comida está en la mesa. Os quiero más que a nadie en el mundo, sabed que es verdad.

Mats quiere dar las gracias a Micke: cuando dos personas obsesionadas se ponen a trabajar juntas, puede resultar bastante patológico de vez en cuando, así que gracias por permitir que secuestrara la cabeza de tu mujer casi todo el tiempo. Tu paciencia conmigo ha sido infinita… ¿o no? Sara querría escribirle a Micke un discurso de agradecimiento de diez páginas, mínimo, por su apoyo incondicional, su entusiasmo, su humor, su paciencia, su amistad y su amor. Lo cierto es que a veces no hay palabras suficientes.

Sara quiere dar las gracias también a su hermana Sofia por su entusiasmo, sus buenos consejos y por
Frasse.
Y a su padre, Claes, por las buenas observaciones, por el juego LucasArts y porque me enseñaste a escribir a máquina correctamente.

Un millón de gracias a quienes habéis leído el manuscrito en diversos estadios, por vuestros valiosos comentarios y vuestro apoyo. Algunos son: Elin Borowski, Elisabeth Jensen Haverling, Siska Humlesjö, Viktoria Aponte Persson, Mathilda Elfgren Schwartz, Johanna Paues Darlington, Rickard Darlington, Minna Frydén Bonnier, Anton Bonnier, Hans-Jörgen Riis Jensen, Anna Andersson, Emelie Thorén, Johan Ehn, Lina Neidestam, Pär Åhlander y Levan Akin.

Gracias a todos nuestros amigos y colegas por vuestro apoyo y por haber aguantado mientras estábamos perdidos en Engelsfors; y porque, cuando volvíamos a la realidad de visita, lo hacíamos como un extraño ser de dos cabezas.

Y el agradecimiento de honor a Typhoid Mary, alias Helena Dahlgren, que nos puso en contacto porque intuía que nos caeríamos bien. No te podías ni imaginar entonces hasta qué punto tenías razón; ni qué monstruo estabas a punto de crear.

Dedicamos este libro a nuestro yo adolescente.

Mats Strandberg
y
Sara B. Elfgren
se conocieron en 2008 y descubrieron que compartían una pasión: los libros juveniles de fenómenos sobrenaturales. Un año más tarde deciden emprender juntos la escritura del primer título de la trilogía
El Círculo
.

Mats Strandberg
(1976) es un periodista y columnista del Aftonbladet, el principal periódico sueco, trabajo por el que obtuvo el premio de Columnista del año en 2004. Ha publicado tres novelas antes de
El círculo
.

Sara B. Elfgren
(1980) ha sido guionista y en la actualidad trabaja como script en cine y televisión.

Notas

[1]
Primeros versos del poema «When I am dead, my dearest», de la poeta británica Christina Rossetti (1830-1894), Francisco M. López Serrano
(trad.)
.
(N.de laT.)
<<

[2]
Månstråle, el apellido del personaje significa «rayo de luna».
(N.de laT.)
<<

[3]
Forma abreviada de
Systembolaget
,únicos establecimientos comerciales suecos con licencia para la venta de bebidas alcohólicas. Solo se permite la venta a mayores de veinte años.
(N.de laT.)
<<

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