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Authors: Patrick Geryl

Tags: #Ensayo, #Ciencia

La profecía de Orión (32 page)

BOOK: La profecía de Orión
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Me atrevo a decir que si ese hubiera sido el caso, ahora no estaríamos mucho más avanzados que en la Edad de Piedra. Si no empezamos pronto un trabajo de preparación de las arcas para la supervivencia, con los siguientes conocimientos a bordo, entonces, dudo mucho de que haya futuro para la humanidad. En los sucesos que están por venir, los conocimientos que ahora tenemos se destruirán casi por completo. Si no se toman medidas urgentes, las fuentes de conocimientos que permanezcan se perderán, una a una, en el caos después de la catástrofe. Y ese será el fin absoluto de nuestra civilización, lo cual no es del todo imposible. En las antiguas escrituras se encuentran datos de que ya existían en la Tierra, hace 200 000 años, civilizaciones tecnológicas sumamente adelantadas. Si eso es verdad, entonces me temo lo peor para nuestra civilización, porque los sumos sacerdotes han postulado que los poderes destructivos que asolarán la Tierra, ahora serán los más grandes en cientos de miles de años. La siguiente leyenda escandinava mucho dice al respecto (Hancock, 1955):

Las montañas colapsaron o se partieron en dos, de la cima a la base. Las estrellas desviaron su rumbo en el cielo y cayeron en el pozo de las profundidades. El gigante Surt incendió todo el mundo; este no era más que un inmenso horno. Todos los seres vivientes, personas, plantas, desaparecieron y sólo quedó la tierra yerma, pero al igual que el cielo, esta no era más que un conjunto de rajaduras y fisuras. Entonces, todos los ríos se elevaron, los mares se desbordaron y la tierra se hundió bajo las aguas del océano.

Que esto sea una advertencia para aquellos que no creen. La catástrofe mundial descripta en el texto causó tal impresión, que esa gente quiso advertirnos de lo acontecido. Los atlantes sobrevivientes construyeron sus templos con datos astronómicos, en Egipto y México. De un modo asombrosamente preciso, muestran los códigos científicos que aparecen en los mitos. Cuando la ola gigantesca realice su poderoso trabajo destructivo, miles de millones de personas recordarán esto, dolorosamente.

Los anales dicen lo siguiente: «Y en sólo un día y una noche, la isla Aha-Men-Ptah se hundió bajo el mar…».

Esto sucedió hace casi 12 000 años y ahora va a ocurrir lo mismo. Los desenfrenados movimientos de la Tierra y una ola gigantesca pusieron fin a su civilización, formando terribles cicatrices en la superficie de la tierra y en el fondo de los océanos. La vida animal y humana de la Tierra prácticamente fue devastada. Fue una catástrofe de alcance mundial. Las aguas que subieron cambiaron el clima y la proporción tierra/agua, en enormes territorios del mundo. Cuando las aguas volvieron a descender, los esqueletos de animales marinos pequeños y grandes, la fauna marina y los crustáceos y moluscos quedaron allí donde habían sido arrojados. Actualmente, es posible hallarlos diseminados en cadenas montañosas como los Andes, las Rocosas, los Himalayas (donde se encontraron huesos de ballenas), etc. Un manuscrito maya, el
Popol Vuh
(Berlitz, 1984), dice lo siguiente sobre la catástrofe anterior:

Entonces el deseo de Hoerakan puso las aguas en movimiento y una enorme inundación tapó las cabezas de estos seres. … quedaron bajo las aguas y del cielo descendió un fluido resinoso… La faz de la Tierra se oscureció y se inició una densa lluvia ennegrecida, de día y de noche… Sobre sus cabezas, podía oírse un gran ruido que sonaba como si se hubiera originado del fuego. Entonces pudo verse a los hombres correr, empujándose entre sí llenos de desesperación; querían trepar a los árboles y estos se sacudían derribándolos; querían resguardarse en las cuevas, pero estas se cerraban para ellos… Y las aguas seguían subiendo cada vez más.

Otra crónica de la América precolombina (Berlitz, 1984) es igualmente notable: «El rostro del cielo fue arrojado de un lado al otro y se dio vuelta… En una enorme y fuerte inundación repentina, la Gran Serpiente fue secuestrada de los cielos. El aire calló y la Tierra se hundió…».

Es probable que el recuerdo de un mundo anterior pueda llegar a ser un apoyo para la conservación del presente, pero yo tengo grandes dudas al respecto. La magnitud de la catástrofe será tal, que no es mucho lo que quedará en pie. Sólo la transmisión de los conocimientos es lo esencial; el resto es secundario.

Mientras escribo estas palabras, me pregunto si hay muchas personas que quieran seguir vivas en este mundo destruido. Cuanto más cuento mi historia a la gente, más son los que no quieren sobrevivir; ellos dicen que no sólo van a extrañar a sus seres queridos sino que van a carecer de todas las comodidades creadas para el hombre. Nada quedará, ni alimentos, ni electricidad, ni vestimenta, etc. ¿Por qué querrían seguir vivos? De hecho, esa es una pregunta que uno debe decidir por sí mismo. Si usted decide luchar por su vida, entonces yo soy su hombre. Los atlantes demostraron poseer gran previsión. Nosotros podemos repetir este
tour de forcé
, y la humanidad nos dará las gracias por la iniciativa tomada. Luche y sea emprendedor, es eso lo que se necesita para sobrevivir a la inundación venidera. Es el mayor desafío que la humanidad haya enfrentado jamás y si fallamos, todo lo que hemos logrado hasta ahora se ve amenazado con perderse para siempre.

EPÍLOGO

Un año después de la completa aniquilación de la población del mundo, los sobrevivientes del desastre murieron. Los restos radiactivos de las plantas nucleares fundidas, los derrames de petróleo en todo el mundo y los gases venenosos que expulsaba la industria de armas químicas, demostraron ser letales. Aquí, un especial experimento planetario llegó a su fin definitivamente.

La nueva era nunca iba a empezar.

__ Parte V __
Prueba matemática
21

PRUEBA MATEMÁTICA

Una parte importante del ciclo de las manchas solares

Figura 44
. La teoría del ciclo de las manchas solares, de Maurice Cotterell.

Empleando parte de las matemáticas básicas, se pueden hallar los números esenciales del ciclo de las manchas solares:

68 302 ÷ 26 = 2627

68 302 ÷ 37 = 1846

Reste el segundo número del primero:

2627 - 1846 = 781

781 es el número de los períodos de tiempo (bits) hallados por Cotterell en un ciclo de 68 302 días. Divida los números ya hallados, pero en el orden inverso, por el tiempo de rotación de los campos magnéticos y obtendrá:

2627 ÷ 37 = 71

1846 ÷ 26 = 71

71 x 11 = 781

Un ciclo tiene 781 bits. Es posible seguir dividiéndolo:

781 ÷ 11 = 71 bits de 87,4545 días

Por este medio, usted puede calcular un ciclo prolongado:

71 x 87,4545 = 6209,2727

Esto también es igual a lo siguiente (cálculos opuestos):

2,3636 x 2627 = 6209,2727

3,3636 x 1846 = 6209,2727

Gracias a este número, yo pude descifrar el Códice Dresden de los mayas. Por estos cálculos quedaba claro que este era un número esencial del ciclo de las manchas solares. De ahí que los mayas lo han incorporado a sus códigos.

El período de los campos magnéticos del Sol, calculado desde los ciclos de las manchas solares, de los mayas

A los atlantes, igual que a sus descendientes —los mayas—, les encantaban los juegos numéricos. Esto resultará más claro después de los próximos cálculos. De lo que antecede sabemos que un ciclo importante tiene una duración de 6209,272727 días. En este número hay una serie infinita del número 27. Conociendo a los mayas, había que hacer algo con este número. Ellos emplearon dos números para la duración del ciclo de las manchas solares. Cuando los dividimos por 27, se halla la primera clave:

68 328 ÷ 27 = 2530,66666666

68 302 ÷ 27 = 2529,70370370

2530,66666666 - 2529,70370370 = 0,962962

La diferencia indica qué es lo que buscamos:

962 = 37 x 26.

La relación no se detiene en este punto:

27 x 37 = 999

Cuando dividimos los ciclos por este nuevo número hallado, obtenemos:

68 328 ÷ 999 = 68,396396396

68 302 ÷ 999 = 68,370370370

68,396396396 - 68,370370370 = 0,026026026

Aparecen dos números importantes a partir de este cálculo: 26 y 37. Más aún, el ciclo magnético de 26 días puede calcularse desde el otro. La serie infinita de 26 es la evidencia. Esto también es posible al revés:

27 x 26 = 702

68 328 ÷ 702 = 97,333333333

68 302 ÷ 702 = 97,296296296

97,333333333 - 97,296296296 = 0,037037037

Si este no es un juego brillante, entonces yo estoy loco.

Comentarios: los magos de las matemáticas debían tratar de crear dichas conexiones. Al cabo de unos días iban a confesar que, en verdad, ¡son brillantes! Y lo que es más importante todavía es que, gracias a estos hallazgos, ¡yo pude descifrar el código principal del Códice Dresden!

El Códice Dresden, decodificado

Lo que sigue es importante en grado sumo: el tema del Códice Dresden es, de hecho, el ciclo de las manchas solares. Muchas personas no se han convencido después de haber leído la decodificación realizada por Maurice Cotterell. Pero cuando está decodificada correctamente, resulta claro que se refiere al ciclo de las manchas solares. Esto es asombroso porque esta teoría es extremadamente difícil y los astrónomos no tienen noción de su existencia. En el Códice Dresden hallamos un número gigantesco: 1 366 560. Tras de él se ocultan cientos de códigos secretos. Algunos están relacionados con el magnetismo solar y el ciclo de las manchas solares. Con la asistencia de Venus se puede hallar rápidamente el primer código:

1 366 560 = 2340 x 584

Reemplace 584 por 583,02 que es el número exacto del período sinódico de Venus. La diferencia es 0,08. Cuando multiplicamos este último por 2340, obtenemos: 0,08 x 2340 = 187,2. ¡Este número es el período del ciclo de las manchas solares!

Figura 45
. La página más importante del Códice Dresden

Descifrar el Códice Dresden

Dentro del Códice hay dos números:

1 366 560

1 364 360

La diferencia es: 1 366 560 - 1 364 360 = 2200

Cuando este se utiliza para dividir ambos números:

1 366 560 ÷ 2200 = 621,163636363

1 364 360 ÷ 2200 = 620,163636363

Esta serie de números 0,163636363 representa un ciclo completo de 360 grados:

360 ÷ 2200 = 0,163636363

La diferencia entre ambas series de números es:

621,163636363 - 620,163636363 = 1

1 = ¡1 círculo!

Dicha solución tiene que ver con una diferencia de 360 grados. Esto es lo que usted ya sabe:

3,363636 círculos - 2,363636 círculos = diferencia de 1 círculo.

Como código primario tenemos el ciclo de las manchas solares de 187,2 años = 68 328 días. Cotterell obtuvo un valor de 68 302 días.

1 366 560 = 20 x 68 328 = código maya para el ciclo de las manchas solares.

El ciclo exacto de las manchas solares es: 68 302 x 20 = 1 366 040

Si dividimos esto por 2200: 1 366 040 ÷ 2200 = 620,0272727

¡Usted conoce este número! Ya lo obtuvo antes como un código del ciclo de las manchas solares, ¡pero diez veces mayor!

Cuando se resta este número del correspondiente código maya, se obtiene:

621,16363 - 620,92727 = 0,236363636

El valor real es 2,363636. Esto puede comprobarse de la siguiente manera:

621,16363 x 11 = 6832,8

620,92727 x 11 = 6830,2

Multiplique estos números por 10:

6832,8 x 10 = 68 328 = Código maya para el ciclo de las manchas solares.

6830,2 x 10 = 68 302 = Ciclo de las manchas solares.

Multiplique los números precedentes por 10:

621,16363 x 10 = 6211,6363

620,92727 x 10 = 6209,2727

La resta da el valor correcto:

6211,6363 - 6209,2727 = 2,363636

¡Este es el código primario! Luego de 2,363636 rotaciones, un campo magnético del Sol alcanza al otro. Además, el código del otro campo magnético puede recuperarse: 3,363636. Esto es relativamente fácil. Como ya lo sabe de antes, con la división por tres números se puede obtener el código:

999 = 27 x 37

962 = 26 x 37

702 = 26 x 27

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