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Authors: Jordi Sierra i Fabra

Tags: #Ensayo, Historia

Cadáveres bien parecidos (Crónica negra del rock) (7 page)

BOOK: Cadáveres bien parecidos (Crónica negra del rock)
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En 1958 Little Richard, pecador número 1 de las huestes del
rock and roll
, ingresó en el Oakwood Adventurist, donde pasó dos años estudiando, meditando y haciendo penitencia. Grabó algunos espirituales, pero nadie quería comprar discos de ese tipo después de haberle oído
Tutti frutti
.

En 1960 Little Richard despertó de su sueño místico y la catarsis se acabó. Echaba de menos los aplausos, la gloria, el éxito, el
rock and roll
y lo que había sido y aún creía ser: el rey. Pero aunque regresó, vociferándolo por doquier, su aureola siguió los pasos de Chuck Berry o Jerry Lee Lewis.

También él fue reivindicado por Beatles y Stones, consiguiendo a lo largo de los 60 y los 70 que su nombre volviese a sonar, aunque ya bajo la bandera de la nostalgia. A mediados de los 70
Tutti frutti
había vendido treinta millones de copias. Entre tanto, un envejecido pero aún loco Little Richard, se desmelenaba con su bigotito, su tonelada de maquillaje y su rosada sexualidad, por los escenarios de un mundo interesado en descubrir a los padres de sus nuevos ídolos.

Los cuatro grandes del
rock and roll
marcaron el camino a… la segunda remesa de mártires.

5
LA SEGUNDA REMESA DE MÁRTIRES

Mientras Chuck Berry iba de juicio en juicio y los jueces le llamaban «negro», mientras Jerry Lee Lewis purgaba su error sentimental de preferirlas demasiado tiernas, mientras Carl Perkins ponía en orden sus huesos y buscaba la forma de ordenar el rompecabezas, y mientras Little Richard se daba golpecitos en el pecho, arrepentido de haber sido un pecador… aunque recordando lo bien que se lo pasaba cuando lo era, los ídolos de fines de los años 50 o de la segunda (rápida y fulgurante) generación del
rock and roll
, vivían su propio destino. A fin de cuentas muchos de estos ídolos podían pensar que Berry, Lewis, Perkins o Richard habían sobrevivido para contarlo, cosa que no todos pudieron hacer.

Si tuviera que someterme a una cronología, esta historia del lado oculto del rock quedaría falseada. Gene Vincent, por ejemplo, murió en 1971. Sin embargo ésa fue su muerte real. La otra, la artística, se había producido mucho antes. Por esta razón en éste y otros capítulos, lo esencial será ver el entorno de las víctimas, aquello que les unió como artistas, su importancia a nivel histórico y por supuesto el patrón común de muchas y variadas formas de morir. La segunda remesa de mártires incluye tanto e Eddie Cochran como a Gene Vincent, y tanto a Frankie Lymon como a Sam Cooke. Todos tienen una historia que contar.

Aunque después de todo, sea dentro de un orden.

Buddy Holly le robó a Guitar Slim el «privilegio» de ser el primer caído del
rock and roll
, aunque la verdad es que Guitar Slim era ante todo una estrella del
rhythm & blues
, no un
rocker
. Pero que muriese poco después de que el avión de Holly, Valens y Bopper tomara tierra donde no debía, despertó una cierta alarma. Pocos pusieron el dedo en la llaga y recordaron que Guitar Slim llevaba tiempo siendo un cadáver en potencia, por las muy demenciales y salvajes borracheras que cogía cada noche. Además, Holly tenía veintidós años, y él diez más cuando murió el 7 de febrero de 1959. Su mayor éxito lo consiguió con el tema
The things that I used to do
, en el que tuvo al piano a Ray Charles.

Eddie Cochran sí era un
rocker
, y de pura cepa.

Por tal razón se le considera la segunda víctima de la Era Rock.

Nacido como Eddie Ray Cochran el 3 de octubre de 1938 en Oklahoma City, vivió hasta los once años en Albert Lea, Minnesota, a donde sus padres se trasladaron siendo él un bebé. A los trece años la familia radicó finalmente en Bell Gardens, California. A esa edad, Eddie, que era el menor de los cinco hermanos, ya tocaba la guitarra de la misma forma que un profesional. A partir de 1954 su destino sí adquirió tonos profesionales. Primero debutó en un conjunto llamado Connie Guybo Smith y de ahí pasó a acompañar a un cantante de nombre Hank Cochran, aunque la similitud de los apellidos no significaba ni siquiera que fueran parientes. Cuando se alió con Jerry Capehart nacieron The Cochran Brothers y consiguieron como premio de su buena onda grabar un
single
,
Tired and sleepy
. En 1955 Capehart se convirtió en
manager
de Eddie y co-autor de sus canciones, con lo cual la recta final para el salto a la fama quedó dispuesta. Sería en 1957 cuando Eddie lograse su primer hit,
Sittin' in the balcony
, aunque sin continuidad con sus nuevos
singles
. No obstante, su físico y su garra personal le llevaron al cine en un momento en que las películas de Elvis Presley barrían y demostraban que el público pedía a gritos esa clase de material, con jóvenes cantantes como protagonistas. El primer intento de Eddie fue la película
The girl can't help it
.

Luego intervendría en
Go Johnny go
y otras.

En 1958 lo que se presumía como gran carrera en la cumbre por fin se hizo realidad. Eddie se mitificó a sí mismo con una de las canciones más representativas de toda la historia:
Summertime blues
. Para muchos, lo que
Satisfaction
de los Rolling fue en los 60,
Summertime blues
lo fue en los 50. Toda la rebeldía, la intención y la garra del más primitivo
rock and roll
aparecían en el furibundo
riff
de un tema sin igual. Y para que no quedase duda de su calidad, ese mismo año Eddie repitió su éxito con otro estándar,
C'mon everybody
.

El reinado de Cochran en 1958 y 1959 fue uno de los más absolutos. Sin embargo, como en Estados Unidos el
rock and roll
todavía era anatemizado y obstaculizado, no tuvo nada de extraño que su mayor fama la consiguiese en Inglaterra, donde sus discos calaron profundamente en la nueva generación de jóvenes
rockers
que proliferaban por doquier. Miles de incipientes guitarristas intentaban imitar a Eddie y cantaban
Summertime blues
. Según la leyenda, George Harrison fue aceptado en los Quarrymen (el grupo formado por John Lennon previo a los Beatles, y en el que ya figuraba Paul McCartney) porque demostró sus habilidades interpretando un tema de Cochran y a pesar de tener tan sólo quince años de edad.

En 1960 Eddie Cochran y Gene Vincent se embarcaron en una apoteósica gira por Gran Bretaña.

Dos de los artistas más de moda juntos y en un mismo
show
. Aunque Gene era un duro y Eddie por contra rivalizaba con el mismo Elvis en atractivo físico. Un perfecto complemento.

La cita fatal iba a ser la del 17 de abril. El día anterior la pareja, al frente de sus respectivos grupos, había actuado en el hipódromo de Bristol. El 17 corrían rumbo al aeropuerto acompañados por la chica de Eddie, una preciosidad llamada Sharon Sheley que pasó efímeramente por esta dramática historia. El suelo resbaladizo hizo que el automóvil, un taxi, se saliera de la carretera y se estrellara quedando hecho una pulpa de metales. En el interior, los dos
rockers
tuvieron diferente fortuna… momentáneamente. Eddie no llegó vivo al hospital.

Gene Vincent, sí.

Eugene Vincent Craddock, que nació el 11 de febrero de 1935 en Norfolk, Virginia, tuvo una vida dura. Se alistó en la marina a los diecisiete años porque era la única forma de comer a diario y estar ocupado un par o tres de años. Tomó parte en la guerra de Corea, pero de forma incidental. Un accidente en 1955 motivó que casi le tuvieran que amputar la pierna. Se la salvaron pero nunca pudo recobrar en ella la elasticidad. La forma de moverse en escena tuvo mucho que ver con esta lesión que la publicidad discográfica aumentó considerablemente al publicarse que era «una herida de guerra», cuando la verdad es que el accidente fue debido a que la moto en la que Gene corría a mayor velocidad de la debida se le encabritó. Mientras se recuperaba se alió con una guitarra que tenía a mano, y así comenzó su historia profesional. Se paseó por las emisoras de radio de Norfolk y en la WCMS le descubrió un
disc-jockey
cazatalentos llamado Tex «The Sheriff» Davis. A Davis le bastó enviar unas cintas a la Capital Records, en Hollywood, para que Gene fuese contratado. En 1957 todas las compañías buscaban a «nuevos Presleys» y estaban dispuestas a apostar por todo lo que sonase bien, fuese raro o lo interpretase un chico con imagen. El 4 de mayo de 1957 Gene y su grupo, The Blue Cats (formado por dos guitarras, bajo y batería, otro neto precursor de los conjuntos
pop
de los 60), grabaron
Woman love
y
Be-bop-a-lula
. Capitol editó el
single
con
Woman love
en la cara A… pero un
disc-jockey
de Baltimore se olió que la bomba no estaba en ese lado sino en la cara B y acertó plenamente. En unos meses
Be-bop-a-lula
era un éxito y con los años otro de los clásicos del
rock and roll
.

Lamentablemente para su carrera y para sí mismo, Gene era un auténtico rebelde. No sólo lo parecía. Deseando ser él mismo, sin querer ceder en nada, sin pactar con los poderes fácticos, se empeñó en hacer la guerra por su cuenta. Primero se vio enfrentado a diversos problemas legales por haber firmado con dos
managers
(mientras la justicia decidía, él no pudo actuar y esos meses de inactividad frenaron su auge). Segundo, se peleó con
disc-jockeys
, comentaristas y críticos, y su mal carácter generó una fama de «difícil» que fue incorporándole a las listas negras de los que manejaban el gran pastel. Tercero, le dijo a Capitol que no estaba dispuesto a ser carne de promoción. Evidentemente la compañía discográfica, una de las tres grandes de Estados Unidos, no le pasó esta imposición y a pesar del éxito le vetó. En 1959 Gene había iniciado el declive cuando todavía parecía que iba a llegar lo mejor. El
hándicap
final lo constituían sus letras, muy duras, demasiado hirientes frente a lo que el
rock and roll
estaba dando en esos momentos. Su aspecto físico degeneró en paralelo a su creciente afición por el alcohol. La rigidez de su pierna comenzó a ser más patética y deforme que antes.

En 1959 Gene Vincent se marchó a Inglaterra. Allí las cosas eran diferentes. La gira de la primavera de 1960 con Eddie Cochran fue el éxito que necesitaba y entonces… el 17 de abril tuvo el accidente de coche en el que su amigo perdería la vida.

A Eddie la muerte le mitificó. A Gene sobrevivir le marcó. Un mes después del desenlace trágico, Eddie Cochran era número 1 en Inglaterra con
Three steps to heaven
(«Tres pasos para el cielo») y su última película
Bop girl
un éxito de taquilla. En los años siguientes se fundó el Eddie Cochran Memorial Society en Inglaterra y la leyenda quedó asegurada. Gene Vincent, por contra, pasó varios meses en el hospital, de donde salió oscurecido por su propia fatalidad. Comenzó una nueva carrera, vestido totalmente de negro, pero ya no consiguió reverdecer viejos lauros aunque se quedó en Gran Bretaña. En 1965 regresó a Estados Unidos donde continuó su declive, abrazado a la botella que le proveyó de la correspondiente úlcera. Regresó una vez más a Gran Bretaña en 1969 y el resurgir del
rock and roll
le hizo vivir una leve esperanza. Un gran concierto celebrado en Toronto, Canadá, con Jerry Lee Lewis, Little Richard y Bo Diddley hizo que retornase a él una tenue aureola de popularidad. Había sido un genuino rebelde y eso tenía valor de ley.

Sin embargo, lo cierto es que Gene había cavado su propia fosa por querer hacer en solitario la guerra y… de hecho su espíritu murió aquel día 17 de abril, junto al cuerpo de Eddie Cochran. Con una salud minada por las depresiones, la bebida, las enfermedades y la derrota, su corazón se detuvo el 12 de octubre de 1971 en el Inter Valley Community Hospital de Newhall, California.

Como decía antes, murió en 1971, pero históricamente fue uno de los pioneros en la crónica negra del rock.

Johnny Horton, otro pionero, también tuvo su cita en la carretera. Era natural de Tyler, Texas, donde nació el 30 de abril de 1927. De hecho fue siempre un cantante de
country
de poca fortuna, que trabajó duramente en California y Alaska antes de que el
rock and roll
le diese la oportunidad que esperaba. Cambió de estilo y en 1956 consiguió su primer éxito, en paralelo al auge impuesto por Presley. Su mejor etapa se inició en 1959 y quedó cortada en 1960 con su muerte. En el 60 pudo oírse su voz en el tema central de la película
North to Alaska
, interpretada por John Wayne, y eso fue lo más definitivo de su carrera. Desgraciadamente para él, el 5 de noviembre de ese mismo año su coche quiso pasar por donde no debía y él ya no pudo contarlo. Todavía en 1961 su último disco
Sleepy eyed John
fue Top-10 en los
rankings
.

Tres de las estrellas de este tiempo murieron más adelante, pero germinaron su destrucción en la fiebre del éxito que disfrutaron: Johnny Burnette, Sam Cooke y Frankie Lymon.

Johnny Burnette fue una sombra de Presley, no en sentido negativo, sino por el hecho de seguir sus pasos al comienzo. Nació el 25 de marzo de 1934 en Memphis y estudió en la misma escuela que Elvis, para trabajar después en la misma empresa en que lo hizo él. Las similitudes se terminaron el día en que se presentó en los Sun Studios y Sam Phillips le rechazó… porque se parecía demasiado al rey del
rock and roll
.

Johnny y su hermano Dorsey crearon, no obstante esto, una auténtica saga de
rockers
, mantenida por sus descendientes en el presente. Primero fueron boxeadores profesionales, luego cambiaron los guantes por las guitarras y formaron un trío con Paul Burlison. En 1956 el Johnny Burnette Trío debutó con
Treat it up
y rápidamente gozaron de su propia parcela de fama. Intervinieron en la película
Rock rock rock
y en 1958 se separaron profesionalmente. Johnny continuó cantando, y tanto él como su hermano destacaron también como autores de grandes éxitos para Ricky Nelson y otros. El fin del
rock and roll
supuso la pérdida de sus sueños. A pesar de ello, y como casi todos los artistas, superó la crisis y regresó en 1963, formando una compañía discográfica, Magic Lamp.

Editó un disco y… el 14 de agosto de 1964 Johnny salió a pescar en su barca por el Clear Lake.

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