Lo que nadie te dice cuando te han dejado (2 page)

BOOK: Lo que nadie te dice cuando te han dejado
5.94Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Además es que ellos no te parecen mejores que tú: no tienen nada especial, tú en realidad no te cambiarías por él/ella. De hecho la persona a la que quieren no es nada comparada con la tuya, que es tan maravillosa... Pero les ves tan contentos y enamorados que casi te dan ganas de "conformarte con menos" a cambio de ser así de feliz y de tener el cariño que te falta.

A partir de aquí, cuando te llega el momento de tratar de salir adelante como buenamente puedes, las perspectivas tampoco son buenas: o no te gusta nadie (nadie que no sea tu amor) o no les gustas tú. En circunstancias normales entenderías que uno no puede ser atractivo para todo el mundo, y si alguien que te interesa no se muestra interesado la cosa no pasaría de ser una pequeña decepción; pero ahora te lo tomas todo a pecho, te sientes despreciado y agredido, llegas a desesperarte. En realidad es posible que lo que ocurra también es que sin querer espantas a otras personas —el dolor se "huele"—, y quizá tu propia negatividad te hace estropear las posibilidades que podrías tener.

Pero al fin y al cabo ¿qué cambia todo esto?

En el caso de que sí llegues a tener éxito con alguien más, de todas formas tampoco será con quien tú querrías estar.

Es como si el simple hecho de existir en este mundo te hiciera daño. Y claro, la relación es evidente: te falta esa persona, la vida ya no es lo que fue. Y ¿por qué debería volver a serlo en el futuro? Salvo que ella regrese no hay razón para que disfrutes de tu existencia de nuevo... Está claro, la necesitas.

Lo sientes, lo sabes.

Lo que todos te dicen

Quizá lo peor de toda esta situación sean los comentarios de tus seres cercanos cuando te ven sufriendo o tú mismo les das la paliza con tus penas. Siempre es lo mismo, "el mundo está lleno de gente maravillosa", "encontrarás a alguien mejor", "él/ella se lo pierde", "no te merece", "la persona perfecta está esperándote", y el resto de tópicos bienintencionados que te parecen estupendos pero que no te sirven para nada. Te da igual quién esté por ahí, tú a quien echas de menos es a quien has perdido; te da igual cuántas personas fantásticas te estén esperando si ya no te espera la única que tú quieres; te da igual lo de que "tú vales mucho", sientes que no vales nada si no te valora ese alguien especial. Nada vale la pena sin el único ser que da sentido a tu vida.

Es que tus seres queridos, ya sea por intentar transmitirte sensaciones positivas o por la empatía de quien alguna vez ha pasado por lo mismo, te dicen lo que te dicen con toda su buena fe pero quizá siquiera sin ser conscientes de que te están mintiendo; la idea es "suavizarte las cosas" hasta que se te vaya pasando, y si tú entras en ese engaño quizá consigas sujetar tus pedazos hasta que se vayan soldando de nuevo con el tiempo. Pero en el fondo sabes que todo eso no te alivia porque es que no es la verdad; te pasa igual que a ellos mismos, que en el fondo lo supieron también cuando les tocó sufrir lo que ahora te toca a ti. Ahora ni siquiera se plantean que todo esto sea una ficción para eludir la realidad, este comportamiento se va transmitiendo una y otra vez aun sabiendo que una y otra vez es una solución que no funciona.

Pero entonces ¿qué es lo que sí funciona?

Buscando el camino

Mapa de carreteras del Infierno

Estás en una situación extremadamente dolorosa; de hecho el dolor es parte de nuestro proceso natural de recuperación tras cualquier golpe de los que recibimos en la vida, hay que asumirlo. Te va a tocar atravesar caminos muy duros hasta salir de este lugar, y cerrar los ojos caminando a ciegas mientras sueñas con lo irreal no es la manera más rápida ni más sana de superarlo.

Enterrar el dolor no es positivo: tienes que pasar el trago, digerirlo, ser consciente de lo que está ocurriendo en realidad y de lo que te espera, asumir completamente dónde estás para tener la seguridad de encontrar el mejor camino para salir de ahí y recuperarte.

Mentirse haciendo como que la pena no existe sólo te conducirá a frustrarte y tener secuelas que te afecten en el futuro; lo primero es perder el miedo a sufrir, aceptar que no hay otra opción y empezar a avanzar en la dirección correcta.

Si has sido dejado y estás muy mal lo primero que tienes que tener claro es que, si crees que hasta ahora has sufrido mucho, seguramente eso no ha sido nada comparado con lo que te espera. No hay reglas fijas, no hay plazos fijos, no hay manera de saber cuánto te queda. Te vas a hundir aún más, te rendirás una y otra vez, por cada pequeño paso adelante habrá varios hacia atrás; y nadie te garantiza que vuelvas a encontrar a alguien, nadie puede ver el futuro para saber si lo que te espera será mejor, nadie tiene ni idea de lo que te quedará por dentro cuando sigas con tu vida. Prepárate porque éste es un trabajo interior que tendrás que hacer sólo tú, por mucho que traten de ayudarte quienes tienes alrededor.

La enfermedad del desamor

Esto que ahora te está pasando es una enfermedad. El desamor es algo devastador, nadie está a salvo de sufrir este mal e incluso si lo superas una vez no hay vacunas, ni ninguna garantía de que no lo vuelvas a pasar de nuevo. Le puede ocurrir a cualquiera en cualquier momento, no importa lo sólida que sea su relación o lo remota que parezca esa posibilidad; lo único que se puede hacer al respecto es disfrutar de lo que tienes, entregarte y dar lo mejor de ti, vivir sin miedo, y si te ocurre hacer lo que tienes que hacer para curarte y seguir tu camino.

Porque la buena noticia es que tiene cura.

Se puede salir de esto, completamente; se puede ser absolutamente feliz de nuevo, se puede volver a amar con locura, se puede incluso ser más libre una vez eres consciente de que ya lo has superado una vez y ya no tienes miedo a que te ocurra de nuevo, se pueden aprender lecciones muy valiosas para controlar la situación en el futuro y evitar en lo posible repetir errores. Tienes que tomártelo en serio, seguir la "terapia", aplicarte y tener disciplina, pero todo depende única y exclusivamente de ti. La responsabilidad de lo que te pase a partir de ahora es solamente tuya.

Las dos reglas básicas

Antes de empezar el proceso de curación tienes que aferrarte todo lo posible a dos primeras reglas. Somos humanos, no máquinas, y con toda seguridad las romperás muchas veces; pero en esos momentos tú mismo sabrás que no estás haciendo lo correcto, y tendrás que hacer un esfuerzo extra —que, mejor que lo sepas ya, será muy difícil— para recuperarlas lo antes posible. Vamos con ellas.

La primera es la más importante y deberás recordarla constantemente: no mires atrás. Tu pareja ya no es tu pareja: te ha dejado, métete en la cabeza que es el pasado. No es lo que tú quieres, desearías que nada de esto hubiera ocurrido, pero es lo que hay. Tu objetivo inicial no es volver a recuperarla, sino curarte y rehacer tu vida; y una vez seas una persona sana, dueña de sí misma y capaz de seguir adelante sin depender de nadie, ya veremos cuáles son tus posibilidades y qué quieres hacer con tu futuro. Hablaremos de ello después, por el momento hazte a la idea de que en tu historia personal hay una etapa que se ha terminado y todo lo que sea anclarte en ella es un lastre que te impide avanzar para empezar cuanto antes a disfrutar la nueva que comienza. Es natural tener la tentación de mirar atrás, pero recuerda esto: "atrás" no es el camino que l eva hacia adelante.

Y la segunda regla, relacionada con la anterior: no confíes en ti mismo. Me refiero a lo que sientes, a lo que piensas, a tus percepciones. El desamor distorsiona lo que crees que es la realidad, y cuando rompas la primera regla y te asalten pensamientos de "qué perfecta era mi pareja, cuánto la necesito" tienes que cortar como sea esa influencia negativa diciéndote "esto no es real, mi necesidad me hace distorsionar los hechos". Pero no se trata sólo de los momentos en que no puedas evitar aferrarte al pasado: mientras estés aún en el proceso de curación habrá otras situaciones, por ejemplo cuando conozcas a alguien nuevo y quizá trates de agarrarte a él aun cuando en otras circunstancias no te interesaría, en las que tendrás que hacer un esfuerzo de frialdad para distinguir entre lo que es una decisión realmente buena y una solución más o menos desesperada para tapar tus carencias de manera artificial.

Todo esto es fácil de decir, pero mantener la disciplina en un caso así es muy duro. Es como pedir a un drogadicto que no pruebe la droga que su cuerpo y su mente le piden a gritos, cuando además la tiene a mano y lo más fácil es rendirse a ella en cualquier momento... Cuando sólo quieres pensar en esa persona y todo lo demás te estorba, cuando necesitas cariño y autoestima y te aparece una posibilidad de satisfacer ese ansia aunque sea algo inmediato y a largo plazo sea una mala decisión, pedirte que ignores tu naturaleza es como pedirle a un náufrago sediento que no beba agua salada del mar. Te será muy difícil, caerás y te rendirás, nos ha pasado a todos, pero tienes que cortar lo antes posible lo que sabes que es malo para ti y en cuanto puedas volver al camino correcto.

Cada día será un poquito menos difícil, pero el avance será tan lento que te parecerá que no te mueves; y los días malos en que hayas retrocedido pensarás que todo esto no sirve para nada. Pero en tu interior sabrás que sí, no hay otra manera; date tiempo, el camino está y llegará ese momento en que te veas a ti mismo y por fin digas "aún no se ha acabado, pero ya no estoy como estaba".

Pero ya hablaremos de eso: concéntrate en el ahora, haz lo que debes.

Lee todas las veces que quieras este apartado, asume las reglas y convéncete de que es lo primero que tienes que hacer. Bien, hemos hablado de lo que ha ocurrido y de lo que sientes, de cómo ves las cosas; es el momento de hablar de lo que está pasando en realidad.

¿Por qué no puedo ser feliz como los demás?

Esa pareja de enamorados con la que te has cruzado por la calle la ves hoy porque el dolor te hace especialmente sensible a estas cosas. Ayer, cuando tú ibas de la mano con tu pareja como tortolitos, seguramente también te cruzaste con alguno de ellos: iba solo, un ser anónimo que ni siquiera te llamó la atención, pero había roto con su pareja y estaba pasándolo fatal. Aquel día os miró a vosotros y sintió exactamente lo mismo que tú sientes hoy; y mañana, cuando tú hayas rehecho tu vida y vayas de la mano con una nueva pareja por la misma calle, a lo mejor pasa a tu lado de nuevo solo y ni te enteras de que está ahí. Todos hemos envidiado y hemos sido envidiados, recuérdalo la próxima vez que veas la felicidad en los demás y recuérdalo la próxima vez que tú seas feliz y te cruces con personas anónimas cada una con su vida.

Qué buscas, quién eres

Vivimos buscando cariño. Que nos quieran, que nos respeten, que nos aprueben, que nos consideren, que les gustemos, que nos acepten, que nos den ese complemento exterior a nuestra propia consideración personal. Incluso muchos de los que se esfuerzan en transmitir una imagen de ir contracorriente, de insistir en que ellos no necesitan a nadie, quizá hasta de buscar el rechazo una y otra vez, lo que están haciendo es reconocer que no están seguros de sí mismos como para admitir que pueden entrar en esa búsqueda y no encontrar el cariño de los demás; es menos duro dar la lucha por perdida por no querer luchar que intentarlo y fracasar.

Así que el amor de quienes nos rodean, en cualquiera de sus formas, y nuestra autoafirmación personal están hasta cierto punto relacionados; es como si nos dejáramos "convencer" por los demás sobre cómo somos, cambiando la imagen que tenemos de nosotros mismos según tengamos más o menos éxito entre ellos. No es lo mismo sufrir una pérdida amorosa cuando tenemos gran reconocimiento profesional, nuestros amigos y familia nos valoran muy alto y nos necesitan, somos reconocidos y admirados, que cuando en general no tenemos muchas abundantes fuentes de cariño fuera de nuestra pareja. Y tampoco es lo mismo que nos dejen por razones ajenas a nosotros (la muerte, dificultades sociales, problemas ajenos a la relación) a que nos cambien por alguien "mejor", que nos reconozcan simplemente que han dejado de querernos, que nos hagan sentir que no somos suficiente.

No existe nadie igual

Porque necesitamos sentirnos suficiente, y no nos basta con nuestro propio concepto personal; cuanto menos fuerte sea la idea que tenemos de nosotros mismos más daño nos hará ese mensaje viniendo de alguien a quien damos importancia. Necesitamos amor, y si de repente se nos cierra la principal fuente que nos proveía hasta ahora nuestro instinto inmediato es buscarlo en ese lugar que es de donde lo hemos estado obteniendo; cuanto menos importantes en nuestra vida sean las otras fuentes, tanto las internas como las externas, más sufriremos y más buscaremos inconscientemente ésa que ahora se ha secado. Lo que ocurre cuando somos dejados es lógico: nos obsesionamos con nuestra expareja, la idealizamos, la echamos de menos, no queremos pasar un segundo sin ella, no nos interesa nada más e incluso nos molesta cualquier otro asunto en el que pensar, de repente ha pasado de alguien a quien queríamos, en muchos casos con quien teníamos una relación "bien" sin más, a convertirse en el más perfecto, irrepetible, maravilloso, imprescindible ser del Universo.

No hay nadie como esa persona, nunca encontraremos a nadie como ella, ya nada será igual.

La respuesta a esta idealización, que nos parecería ridícula si no fuera porque la padecemos, está en las dos reglas de antes: para empezar asume que tus percepciones te están engañando por la situación en que estás y no te creas lo que piensas y sientes, y además de todas formas aunque tu ex sea un dios perfecto ahora mismo es el pasado. Ayer disfrutaste de su iluminación divina, pero hoy ya no está a tu alcance mortal; concéntrate en ti mismo, recupera tu vida y aprovecha lo mejor que hay en tu mundo a partir de ahora.

¿Por qué me has mentido?

De todas formas es prácticamente inevitable caer una y otra vez en el error de pensar y repensar, de analizar, de romper las reglas básicas. Haz todo lo que puedas por evitarlo, aunque probablemente te ocurrirá. En este caso, ya sabes: paciencia, párate un momento a encontrar tu sitio, encuentra de nuevo el camino hacia adelante, muévete dejando atrás lo que ha quedado atrás.

Sobre todo esto pasa cuando intuimos que no nos han dicho la verdad. ¿Qué es lo que no quiere decirme? Cuando dijo o hizo aquello ¿no sería porque...

Olvídalo. Quizá tengas razón, quizá no; pero es que en la práctica ya da igual. Te ha dejado, por las razones privadas que sean ha tomado la decisión de apartarte de su vida, y ese hecho no va a cambiar porque te entierres en un estudio profundo sobre sus motivaciones. No eres un psicoanalista haciendo una tesis sobre el tema, eres un ser humano al que otra persona le ha dicho que no desea seguir un camino común. Ya sabes lo que hay que hacer.

BOOK: Lo que nadie te dice cuando te han dejado
5.94Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Other books

Far Tortuga by Peter Matthiessen
Cold War by Adam Christopher
Fall Hard by J. L. Merrow
Requiem for a Killer by Paulo Levy
The Prisoner of Zenda by Anthony Hope
Tron by Brian Daley
Double Jeopardy by Colin Forbes
Apple Pie Angel by Lynn Cooper
True Nature by Willow Madison